El correo electrónico de Google nos ofrece varias maneras de detectar comportamientos anómalos.
Mediante las alertas
Si sospechamos que alguien accede a nuestro correo desde algún dispositivo podemos ver que dispositivos nuevos se han conectado al correo en los últimos tiempos. Cada vez que se conecta un nuevo dispositivo nos envía una alerta. Podemos ver las alertas realizando una búsqueda en el propio Gmail:
Pero la persona que ha accedido puede haber borrado la alerta correspondiente, así que no es muy fiable.
Si tenemos correo de respaldo de nuestra cuenta de Gmail podemos ir a él a buscar las alertas, porque también las envía allí, y en principio no deberían estar borradas.
Revisando las últimas sesiones
Al final de la página de Gmail, en el extremo inferior derecho podemos ver las últimas conexiones detalladamente.
Si el suplantador ha entrado recientemente aparecerá su IP, a menos que sea la misma que la nuestra por ser alguien de nuestra familia o compañero de trabajo.
Otro problema es que solo vemos las más recientes.
En el Centro de Seguridad de Google
Mediante el icono que aparece en el extremo superior derecho de Gmail (puede ser nuestra foto o un icono) podemos acceder a los datos de nuestra Cuenta.
Allí, en Seguridad, se accede al Centro de Seguridad. Desde él se ve todo, pero si no sabe interpretarse pueden aparecer falsos positivos y entrar en modo paranoia innecesariamente.
Su interpretación dará para otra miniguia que escribiré algún día.